Herida de la traición

La herida de la  traición o el miedo a confiar, surge cuando el niño se ha sentido traicionado por alguno de sus padres porque no ha cumplido una promesa. Esta situación generará sentimientos de aislamiento y desconfianza que, en ocasiones, pueden transformarse en envidia, debido a que el niño no se siente merecedor de lo prometido y de lo que otras personas tienen. Un ejemplo es  cuando los papas se separan o se divorcian y alguno de los progenitores no cumple con las promesas hechas a los hijos.

Esta herida emocional construye una personalidad fuerte, en la que predomina la necesidad de control para asegurar la fidelidad y lealtad, que muchas veces no permite respirar a los demás.
La máscara propia de la herida de la traición es: la del controlador/desconfiado. Las máscaras tratan de protegernos de nuestro principal miedo, que aquí sería el volver a sentirnos traicionados. La máscara ser convierte en nuestro único mecanismo de protección porque no hemos aprendido a hacerlo de otra forma.

La defensa psicológica asociada a la herida de traición suele manifestarse a través de la ira, la desconfianza y el control excesivos.











Comentarios

Entradas más populares de este blog

Presentación